12.6.09

Mirando






Volvía de hacer unas fotos para un trabajo en Vegueta y aproveché para mirar hacia arriba y distraerme de tanta infografía. Con un 50 mm. focal fija y cambando la perspectiva a la izquierda fui tocando con los ojos las torres y azoteas del barrio, absorto por la luz.
Venían a la cabeza recuerdos de la infancia, jugando al escondite entre azoteas, salias por la puerta de la casa de cualquier vecino a la calle, todo estaba abierto y todos nos conocíamos de algo, después del correspondiente saludo.
Subir a la azotea era como un escape a la ciudad, una llamada a la libertad de volar como un pájaro, y Triana y Vegueta aportaban unas vistas desde lo alto preciosas.
Las alpispas siguen criando en casa, los cernícalos se han acomodado en los edificios nuevos, los palmeros se escuchan, los mirlos saludan por la mañana, y todos viven entre muros de azoteas.

Hasta por la noche, cuando aflojan los coches y el denso tráfico, el olor al Guiniguada inunda balcones y patios.
Y viendo los coches vienen a la memoria unos señores con sombrero de plato de sopa blanco que controlaban el tráfico antes de que el misterio de los semáforos con sus colores dirigiera el tráfico automáticamente si la luz no fallaba. Aquellos individuos que parecían salidos de una película de Bollywood de principios del 20 con su toque colonial. Especialmente el de la subida de Mata, que por Navidad se le llenaba su minarete con sombrilla de paquetes de regalos y comida para los niños y personas menos favorecidas.
No es nostalgia, son recuerdos que traen sonrisas a la cara por lo vivido y por lo que queda por vivir.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi adorada Vegueta ya no es lo que antaño fué.
Recuerdo que en mi adolescencia, me encantaba pasear en las noches por sus callejuelas empedradas, por aquellos laberintos desiertos engalanados por esas hermosas balconadas, a la luz tenue de las farolas.
En ese tiempo si podia uno disfrutar de la paz de Vegueta.

Hoy, con la peatonización de sus principales calles, han fomentado la apertura de pubs, terrazas y discotecas que han hecho desaparecer aquella sensación de tranquilidad cuando se paseaba antes por el casco antiguo.
Ahora van a peatonizar también el sector catedral; por una parte me alegro, menos coches, menos humos.. pero a la larga creo que seguirán masificando el barrio con nuevos locales de ocio nocturno y al final, terminarán por convertir aquello en una macro-fiesta de fin de semana.

Espero equivocarme.

Anónimo dijo...

Tania,pienso que no vas mal encaminada.A menos tráfico rodado se pretende más trasiego de gente,con lo que llegas a la conclusión de lo que piensas.

Jose,no viví de noche pero me movía entre sotanas e iglesias y,no se si veré la terminación de esa esquina de la catedral que lleva tantos años mutilada.Todo se andará....

Anónimo dijo...

Buf, que recuerdos esa Vegueta, cuando uno empezaba a dar sus primeros pasos en el mundo laboral por esas calles.
Siempre me han llamado la atención esas columnas inacabadas de las obras de la catedral, ahora ya no hay ni fieles ni benefactores que las financien.
Cómo se te da ese 50!

Jose Coyote dijo...

Tengamos esperanza y creamos en el equilibrio entre el uso y el respeto de la zona. Gracias Tania, Juan y Ana, salu2