de mil cuatro noventa y dos, hace más de cinco siglos.
Dicen que ya estoy muerto,
aunque huelo a vida mezclada con carbón y brea.
Mi tiempo de árbol fue curioso.
Un guardamontes me salvó del hacha
y otro me tocó de muerte por antojo.
Resumo en un capítulo una isla,
en un golpe de vista al alcanzar Pilancones,
resumo en una palabra mi existencia:
Dejadez.
Viví por dejadez
morí por dejadez.
así de grande es Canaria...
así de chico el olvido.
19.1.10
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario