28.6.10

La Rama Chica









Empezamos la noche con medio pié encallados en el pisco de curva última de la pista de tierra de La Caleta entrando por El Turman, de donde nos sacó una grúa después de una historia rocambolesca con el Pooti (el mini de María).
Animados por el buen rollo tras un par de horas de espera subimos a San Pedro y allí estaba todavía la Banda de Agaete animando al personal antes de la subida a Tamadaba a buscar la rama. La noche fue transcurriendo agradable. De placita en placita hablando, saludando y reencontrando gente que no ves desde hace años y conociendo nuevas personas, amenizados por el sonido de las caracolas, iluminados por una Luna que se escondía de vez en cuando entre las nubes rozando el rostro de Guayarmina que mira al cielo acostada sobre Tamadaba.
Hacía 21 años que no venía a La Rama Chica. Las cosas han cambiado. Mucha bulla de música en cada chiringuito como si fueran carnavales y poca voz en vivo improvisada. Nos fuimos juntando gente hasta que cerraron a las 3 de la mañana y subimos al campo de fútbol un rato a ver las moderneces actuales de las fiestas locales con dj desde furgona y demás.
Al poco subimos a la Era del Molino con un cliper de fresa para tres que no probaba desde la reconquista, turnándonos esa boca entre empalagosa y jarta que deja. Allí conocimos a Suso, Perico y Carlos, que se encargan de preparar el caldo sabroso que recibe a los romeros e ir tirando voladores a lo largo de la noche y el día. Con un corazón que no les cabe en el pecho y costeado de sus propios bolsillos mantienen esta tradición que surgió cuando una viejita invitó a Suso a tomar caldo al bajar y le sentó tan bien que decidiron recoger el testigo y continuar ellos ofreciendo caldo no solo a su familia sino a todos los caminantes. Pasamos un rato de lo más entretenido Juanfra, un viejo compañero de arquitectura de Gáldar que no veía desde una noche con Arístides bajo un puente en Moya, Merci, que nos deleitó en la mañana con su pedazo de voz cantando folias acompañada de Carlos al timple, con el que compartí buenas conversaciones de fotografía, las historias de Suso que eran de lo más divertidas y la buena mano para el caldo y mejor don de la palabra de Perico, gran conocedor del Valle que compartió con todos su sabiduría. También estábamos María, la hermana de Merci, y María la nuestra. Carmen se había ido a dormir con Pooti cansada del trajín.
Nos fuimos antes de que viniera la Banda de Agaete y empezara todo, nos decían que nos perdíamos lo mejor, aunque creo que lo mejor fue el contacto humano, la conversación cercana y la práctica de las buenas costumbres que son las que permanecen en la memoria más allá del tiempo. En ella quedan almacenados por capítulos de una noche entrañable la gente de la jurria, la del tocador de caracola y amigos, que nos explicó cómo hacerla sonar, el amanecer en la Era, el reencuentro con Juanfra, el pedazo gallo que navegaba en el caldero que levantaba a los muertos...

La subida al pinar no la hicimos por falta de quórum, otra vez será.

5 comentarios:

Cristóbal García dijo...

Buen retrato de esas horas...
Y Suso que no escarmienta con los voladores.
Saludos

Jose Coyote dijo...

gracias Zorroplaya, más viniendo de ti que eres de la zona y lo vives de cerca. De ti se habló...
Salu2

Anónimo dijo...

ey coyotee..soy arasahoooo,,,fuiste pal valle de agaete a la rama este año? jajaja si tienes fotos quiero verlas todassssss...un besooteee...es wapisima esa fiesta jajaa besootessss

Jose Coyote dijo...

Hola Ara, te las enseño cuando quieras lo que personas de fiesta las hice en baja velocidad y las normales fueron en La Era con las personas que ves. Me acabo de acordar que te tengo que mandar un correo que hablamos en Triana y se me escapó el baifo. Bsos.

Unknown dijo...

Preciosas imágenes Jose, como siempre, súper detallista. Es como si ya hubiera estado allí mismo. consigues que el espectador se adentre en ellas. Un besote Clara