11.3.13

Maspalomas, tras el temporal


  






Ésto es normal, resultado de la erosión que produce un temporal. Quizá en un reboso de Semana Santa toda la arena vuelva, o quizá tarde 4 años, o quizá no vuelva. Lo que no es normal es la desequili-virada forma de explotación turística que hemos tenido en estas islas. Y encima nos atrevemos a ventilar un debate de formas entre ilustrados de empresas de hormigón, hoteleros y arquitrastos en los medios de desinformación. 
En la otra parte de la trinchera de las palabras se sientan algunos científicos de la cordura aparente verde, alternativos de la empresa pública y políticos de turno, intentando mediatizar lo que no tiene medio. 
Desde la teoría del tsunami de Lisboa a la rotura de los vientos por las edificaciones pasando por el agotamiento del pozo de arena frente al embarcadero de Maspalomas hay mil opiniones para hacer dictados y pocas para que vuelva la arena a su sitio.

Todos tienen la razón, su razón... pero... ¿se puede pensar diferente? ¿se puede actuar de otra manera?
Sí.

Reorganizar la charca y las dunas es posible, hay suelo urbano en la zona para gestionar una retirada de las edificaciones cercanas al palmeral hacia donde hasta el otro día se plantaban tomates. Haciendo malabares entre convenios y compensaciones, y usando la cabeza, podríamos volver a tener este lugar en óptimas condiciones para las aves, las personas y la explotación turística equilibrada y de calidad.

La duna grande ya no existe, aquella en la que nos sentábamos por la tarde de pibes (sí, sin uve) a ver atardecer, donde se mezclaba el llano con la arena, donde echábamos una mano a los paracaidistas militares que se tiraban en las dunas con sus cosas. Hoy hay un hotel de la misma cadena de la discordia del palmeral. Tampoco hay arena donde se acampaba con aquellas casetas cuadradas de listas, grandes y pesadas, hoy hay un gran aparcamiento, bares y olor a fritango. En esta zona no hay casi vegetación, de niños era un vergel desde las escaleras del Lido, donde se ponían los burros para bajar a la gente a la playa, hasta lo que hoy es la cruz roja. Un año vimos tractores con cadenas arrancando toda la vegetación. A partir de ese año las dunas cada vez son más chicas. 

Arena había hasta el templo ecuménico subiendo por el barranquillo de los elefantes; lo que hoy en día ocupa la plaza de Maspalomas tuvo una reliquia de duna bajo una valla publicitaria hasta después de que hicieran el agujero aquel grande donde disfrutamos toda la familia de nuestra primera piscina dentro de un dumper de la construcción. 

No pretendo ser nostálgico, mucho menos involucionista, ni tampoco taparme los ojos ante la gallina de los huevos de oro que es el turismo.

Una nueva bolsa de suelo se plantea en las faldas de Amurga, tras Bahía Feliz, con la idea de generar un polo de hoteles de 5 estrellas  al estilo Meloneras. ¿No es más lógico reutilizar y generar plusvalías con la mina a cielo abierto de Juan Grande, la machacadora, convertirla en zona turística y quitar el vertedero de Juan Grande? (y de paso considerar a la basura como materia prima, reutilizarla toda). Dentro de no muchos años veremos a esta sociedad como si estuviera enferma con el síndorme de Diógenes, enterrando la basura dentro de casa. La basura en esta isla hay que resolvera desde el reciclado total. 
Alguno dirá ¿y de donde sacaremos el árido de machaqueo para el hormigón? pues del mismo sitio donde sacamos la arena hoy en día, del continente de al lado. Medio sur se hizo con arena de Maspalomas, hoy a nadie se le ocurre pensar en hacer eso. El paisaje de Barranco Hondo ya está saturado, es necesario reciclarlo generando riqueza y dejar de explotarlo para hacer grava.

Y de paso resolvamos Amurga, rehabilitemos y reforestemos Amurga generando un gran parque natural que sirva para el turismo verde, azul y amarillo y para los que vivimos aquí.

Si pretendemos resolver esta crisis a medio plazo generando otro corredor norte sur haciendo una autopista tangencial que una las circunvalaciones de Las Palmas, Telde, Ingenio y Santa Lucía hasta llegar a las rampas de Amurga y todo lo que quede en medio con la GC-1 suelo potencialmente urbanizable, vamos por mal camino. Repetir las estrategias urbanísticas del siglo pasado y principios de este en un territorio frágil como este es muy peligroso, si bien para las instituciones sería una solución para recaudar rápido y para más de un terrateniente. No hay mejor negocio y más rápido que una recalificación, multiplicas por 25 la inversión (si existe comprador, obvio). De estas situaciones está llena la historia reciente de España. 

Nuestro valor diferencial de presente y futuro es el paisaje, la diversidad geológica y biológica, única en el planeta, nuestro patrimonio, junto con un clima primaveral y una estabilidad social y política única en el paralelo donde nos encontramos. No echemos a perder las oportunidades que nos brinda esta crisis para renacer. Hagamos un pacto por el desarrollo que nos permita vivir en equilibrio con el medio y con nosotros mismos. 

1 comentario:

M.Gomes dijo...

Excelentes fotos
Cps. MG