8.4.13

Chupa sangre



Este nombre se lo dan al eucaliptus en Gran Canaria algunas personas de la isla por la capacidad de chupar  agua en cantidad que tiene. En alguna ocasión me he visto hablando con gente que para acabar con ellos les echa gasoil o carburantes de desecho, que es un disparate (un litro de aceite es capaz de contaminar una superficie equivalente a un campo de fútbol). 
Otro método que utilizan es el de "castrar" al árbol (otra palabra que no aparece en los círculos eruditos y que se escucha en los campos). Consiste en estrangularlo apretándolo con un alambre a metro y medio del suelo y dejarlo así durante meses hasta que se seque. 
Sin entrar en debates de gustos, conservaciones o eliminaciones por las razones que a uno más le plazcan, a esta especie hay que controlarla más. De desecador de pantanos y marcador-aguantador de carreteras, este australiano llegado de manos de ingenieros en varias de las dictaduras que ha sufrido España,  ha pasado a realizar la función contraria: destrozador de firmes de carreteras, provocador de accidentes (si bien conozco a más de uno que lo ha salvado de caer al barranco al chocarse con el, y a otros que los baches que provoca unidos a la lluvia les ha provocado un accidente) estrangulador de tuberías de agua a las que busca con las raíces sin prisa pero sin pausa. A su sombra poco crece.
Si lo eliminamos, repoblemos con cabeza, con otra cabeza diferente a la de los ingenieros de caminos e ingenieros forestales, con consenso entre especialistas sin entrar en el ombligismo erudito de la soberbia de la razón. 
Probablemente si el medio natural estuviera concentrado en una sola institución, y no con competencias en los 4 escalones del poder funcionarial y político en Canarias, nos iría mejor.

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