De Acusa al Caidero de la Niña

Desde que pasamos el cruce, arriba, entre la bajada a Lugarejo por Coruña, Tamadaba y nuestro camino, los ojos se nos encendieron.
Los diferentes ciclos que originaron la isla, dibujados de agua, se presentaban ante la mirada.
La luz, manchada por las nubes que nos refrescaron por Acusa, se hacía cada vez más clara.
Por el camino me venían a la memoria noches entre estas paredes, días de rodaje con todo a cuestas como los caracoles, caminando, la galería de siberio, la estructura donde inventamos las velas de un barco, los charcones donde escapábamos los días de la fiesta del Charco, la leyenda de las escobas, el cielo negro...
Llegamos a nuestro destino.